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sábado, 8 de septiembre de 2007

Carmen Dorotea



Carmen Dorotea es la hija mayor de Adolfo y de Magdalena de Pool. Debido a su trágica y temprana muerte, a los doce años, es recordada con dolor y admiración por todos los que alguna vez la conocieron o supieron de ella. Para Cecilia, Carmen Dorotea era una pequeña santa, un ser demasiado espiritual que solo pensaba en todo momento cómo satisfacer lo que ella llamaba la voluntad de Dios.

Físicamente era una niña delgada de grandes y vivos ojos oscuros, piel blanca y cabellos ondulados de color castaño. Pero lo que asombraba de ella era una madurez insospechada que dejaba relucir a través de sus preguntas, a través de sus razonamientos sobre la fe, sobre Cristo y sobre todo a través de sus deseos: a sus escasos 10 años, quería dedicarle su vida a Dios.

Carmen Dorotea tenía un modelo a seguir: Santa Teresita del Niño Jesús. Es decir, quería ser monja para poder brindarle a Cristo su amistad entera y puramente. Esto se lo transmitía cada vez que podía a sus confesores, uno de los cuales después de su muerte, en una misiva de pésame para Adolfo, escribió que nunca en sus años como prelado de Dios, había encontrado tanta dedicación y fuerza de voluntad por parte de una niña tan pequeña para seguir los preceptos católicos.

En nada se parecía, pues, Carmen Dorotea, a las muchachitas de la época: no se vestía a la moda para no provocar y con frecuencia guardaba unas mangas largas en su bolso, para luego de que estuviera lo suficientemente lejos de la casa, como para que Magdalena, su madre, no se diera cuenta, ponérselas para no enseñar ni siquiera los brazos!!

Adolfo siempre la llevaba a todos los oficios religiosos y ella asistía fervientemente, demostrando una piedad poco común en los niños de esa edad. Muchas veces, era ella la que animaba a todos a asistir a los eventos religiosos por lo que fue muy conocido para las amistades de Adolfo y Magdalena la "casi" santidad de la pequeña niña.

Al llegar a los doce años, se atravesó el tifus, que en 1924 asoló gran parte del territorio nacional y se llevó a Carmen Dorotea en medio del llantos y la desesperación de sus padres y hermanitos, dejando un vacío que por momentos no parecía llenar nada.

El cuerpo de la niña Carmen Dorotea fue velado en la Iglesia de Las Mercedes de la ciudad de Maracaibo. Fue este Templo la misma casa que Carmen Dorotea hizo suya en vida, donde, en compañía de su padre, presenciaba y participaba con fervor de todos los eventos religiosos. Y fue aquí en la Iglesia de Las Mercedes desde donde su espíritu voló a los espacios celestiales, para estar con lo que más amaba: Dios.

jueves, 30 de agosto de 2007

La familia de Pool

La familia de Pool tuvo su origen en Holanda. Violeta Pulgar de Pool, una de las dos sobrevivientes de la generación de Cecilia de Pool, cree que vinieron a radicarse por un tiempo a Curazao, solo cuatro de ellos: Jacobo Gabriel de Pool, su esposa María Isabel Schubert, Alejandro Saturnino y Jacobo Zenón de Pool, hijos de la pareja. Actualmente (2018) debido al hallazgo de la partida de defunción de Jacobo Gabriel de Pool sabemos que nació y murió en Curazao y que sus padres eran Gabriel de Pool y María Naar, como pueden ver en la siguiente imagen:

Partida de defunción de Jacobo Gabriel de Pool (Cortesía de La gran familia de Pool

De acuerdo con lo que se sabe hasta este momento, Jacobo Gabriel estuvo viviendo en Curazao hasta que muere María Isabel, su esposa, cuyos restos se cuentan hoy entre los del cementerio principal de la Isla Caribeña. De acuerdo a la investigación genealógica de Ruperto de Pool Rodenas, la pareja fue el origen de una gran familia formada por 6 hijos: María Isabel de Pool Schubert, Juan Martir de Pool Schubert, Gabriel Casimiro, Alejandro Saturnino, Jacobo Zenón y Felix José de Pool Schubert.  

En la familia de Pool se educaron varios hombres y mujeres importantes por sus obras artísticas, intelectuales y/o musicales. Ejemplo de ello es John de Pool Danies  y María Concepción Rodríguez de Pool; personajes importantes en Curazao, Panamá y Maracaibo, Venezuela, respectivamente.

Leonor Anacleta Rodenas Lozano

Tiempo después de la muerte de su padre, Jacobo Zenón emigra a la ciudad de Maracaibo donde trabaja en la elaboración de velas y jabones. Es ahí donde contrae nupcias con Leonor Anacleta Rodenas y comienza a formar una extensa familia en donde predominaron los talentos en las artes musicales. Todos los hermanos de Pool tocaban casi a la perfección instrumentos musicales como clarinete, fagot, flauta, mandolina, piano, cuatro, guitarra, etc. Al parecer Jacobo Zenón fue el responsable de la educación musical de sus hijos.

Jacobo Zenón de Pool Schubert 



Los hijos de Jacobo Zenón de Pool fueron: Angela, Jacobo, Alejandro, Nephtalí, Gustavo, Arturo, Adolfo, Elena, Isabel y Rebeca.

Adolfo de Pool fue quizá el más conocido de ellos, puesto que es el autor de la música del Himno de la Coronación de la Virgen de Chiquinquirá, "Gloria a tí"; además de haber sido inhumado en el Panteón Regional del Estado Zulia. 

Sin embargo, Arturo compuso contradanzas e hizo arreglos para orquesta de la música de la época y Gustavo alcanzó la virtuosidad interpretando el flautín. "Entre todos formaban una orquesta", se le oía decir siempre a la artista y a su hermana Consuelo de Pool.

Adolfo da clases de teoría musical, solfeo y múltiples instrumentos a particulares cuando conoce a Magdalena Melo Urdaneta, como una tímida alumna y decide casarse y formar un hogar. Su primera hija, Carmen Dorotea, muere por tifus en 1924, causando gran tristeza y desolación a la familia.

Pero siempre había siempre motivos de alegría en la familia por la presencia del resto de los hermanitos de Pool: Margarita Betilde, Adolfo Tarcisio, Francisco José Venancio, Cecilia María y Elvira del Consuelo, esta última fallecida el 26 de agosto de 2017 en Caracas.

En 1925, nace Cecilia María, una niña un poco enfermiza pero inquieta que gustaba de jugar con botellitas, por muñecas, con su hermanita Consuelo y estaba siempre escuchando los cuentos sobre hermana muerta, Carmen Dorotea, por la cual todos, incluyéndola, sentían admiración; y casi que le rinden culto luego de su muerte.